viernes, 2 de mayo de 2014

El ejercicio.

Nota explicativa:
Hace unas semanas, en una clase del taller de expresión oral que imparte una persona cercana a mí, a quien admiro mucho, y que tomó mi relevo al frente de un proyecto que inicié el año anterior, se nos pidió que escribiésemos un texto que fuese capaz de provocar o dar a sentir algún sentimiento (mucho mejor si fuesen varios), pudiendo inspirarnos, de quererlo, en música a nuestro antojo. Quería haberlo subido al blog con motivo de darle un poco de continuidad y conseguir de esa forma retomarlo, darle un poco de vida, que está muy abandonado, pero lo fui dejando -si se me divinizase, seguramente fuese como el dios de la procrastinación, los gatitos y las gominolas-. Hoy, lo he encontrado en un papel fuera de mi carpeta, dentro de la bolsa, al sacar las cosas de trabajar, y me he decidido a subirlo, antes de que me entretenga con algo más y siga postergándolo. Si os produce alguna clase de reacción, sed tan amables, queridos lectores invisibles, de notificármelo en un comentario para que pueda hacerme una idea a la hora de continuar con ello y qué dirección tomar en ese caso. Espero que sea de vuestro agrado/desagrado.
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¿Quién crees que eres tú para desafiarme? A mí, que lo gobierno todo, y a todos someto. Una vez. Dos. Veinte. Cien. En ilimitadas ocasiones. No importa. Uno podría liberarse de mi yugo. Tal vez cien. Quizás mil. Sigue sin importar. No son más que una mota de polvo en el desierto de la Eternidad. ¿Quieres vencerme? Pfff. Sigue intentando. Jamás podrás librarte de mí. ¿Crees que dominas sobre algo? Iluso. No eres más que mi marioneta. Un triste títere que no ve las cuerdas. Un muñeco de trapo incapaz de sentir su mano motora. Vivo contigo. Vivo en ti. ¡Soy tú! ¿Y quién piensas que está detrás de esa falsa idea de libertad que crees predicar? Pfff. No eres más que un bufón. Sigue intentando. Quieres impresionar a los demás, es loable. Pero no se impresionan: eres uno más. Quieres provocar en ellos ciertas sensaciones; que te sigan, que te acepten, que te reconozcan; que te quieran. Sigue engañándote. Yo soy todo y tú nada. Ven a mis brazos, no necesitas a nadie más. Sabes que lo que digo es verdad. Sabes quién soy. Soy tu odio. Tu ira. Tu frustración. Todo lo que eres. Lo que sientes ahora mismo. Soy esa misma sensación de rebeldía ante lo que oyes. Soy tu oscuridad. Abrázame. Hazte fuerte conmigo.

Destruyamos el mundo.

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